Sáb. Dic 27th, 2025

Enero suele llegar con promesas de cambio, listas interminables y una presión silenciosa por “reiniciarlo todo”. Frente a ese impulso de hacerlo más y mejor, una filosofía sueca propone exactamente lo contrario: soltar. El Swedish Death Cleaning, o döstädning, no es una moda morbosa ni una limpieza extrema, sino una forma consciente de ordenar la vida a través de los objetos, las decisiones y las relaciones que elegimos conservar.

Aunque nació como una práctica pensada para la vejez, hoy se ha vuelto tendencia entre personas de todas las edades que buscan empezar el año con menos peso —físico y mental— encima.

Qué es (y qué no es) el Swedish Death Cleaning

El concepto fue popularizado por la artista sueca Margareta Magnusson y parte de una idea simple: no dejarle a otros la carga de ordenar lo que tú no quisiste enfrentar. No se trata de deshacerse de todo ni de vivir con lo mínimo, sino de quedarte solo con aquello que realmente tiene sentido en tu vida actual.

A diferencia del orden rápido o de métodos centrados en la estética, el döstädning pone el foco en el significado. Cada objeto se evalúa con una pregunta incómoda pero poderosa: ¿esto merece seguir ocupando espacio en mi vida?

Por qué enero es el momento perfecto

Después de las fiestas, muchas casas están saturadas: regalos que no encajan, recuerdos acumulados, cosas “por si acaso”. Enero, con su ritmo más lento y su sensación de nuevo ciclo, es ideal para este tipo de limpieza reflexiva.

Además, aplicar el Swedish Death Cleaning en enero cambia el enfoque del Año Nuevo. En lugar de sumar hábitos, proyectos y metas, empiezas restando lo que ya no te sirve. Y esa resta libera energía real para lo que viene después.

Cómo aplicar el método sin dramatismo

El error común es pensar que este método implica confrontar la muerte de forma literal. En realidad, se trata de responsabilidad emocional. Comienza por categorías menos cargadas: ropa que no usas, objetos duplicados, papeles viejos. No empieces por fotos, cartas o recuerdos intensos.

La clave está en hacerlo por capas y sin prisa. El döstädning no se completa en un fin de semana; es un proceso que acompaña cambios internos.

Cuando llegues a los objetos con carga emocional, el criterio cambia. No se trata de borrar el pasado, sino de decidir qué recuerdos quieres seguir llevando contigo. Guardar menos, pero mejor.

Más allá del clóset: ordenar decisiones y vínculos

Lo interesante de esta filosofía es que se extiende más allá de los objetos. Muchas personas que la practican comienzan a cuestionar compromisos, rutinas y relaciones que mantienen solo por costumbre.

Enero se vuelve así un espacio para preguntarte: ¿qué hábitos sigo cargando por inercia?, ¿qué expectativas no son mías?, ¿qué relaciones necesitan redefinirse o cerrarse? El Swedish Death Cleaning no obliga a rupturas, pero sí invita a la honestidad.

El alivio que no se ve en Instagram

A diferencia de otras tendencias de orden, este método no promete casas perfectas ni estanterías impecables. Su beneficio es más silencioso: una sensación de ligereza, claridad y control sobre tu propio espacio y tu historia.

Reducir el desorden físico suele traducirse en menos ruido mental. No porque la vida se vuelva simple, sino porque deja de estar saturada de cosas que ya no dicen nada de ti.

Empezar el año con menos, no con más

El Swedish Death Cleaning conecta con una idea poderosa para el inicio del año: avanzar no siempre implica agregar. A veces, crecer es saber qué soltar.

Aplicado en enero, este método no solo ordena tu casa, sino que redefine cómo quieres habitar tu tiempo, tus decisiones y tu energía durante el nuevo ciclo. Y eso, más que cualquier propósito grandilocuente, puede ser el verdadero reinicio.

por admin

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