Mar. Nov 11th, 2025
Fotografía del estado de los vuelos en una pantalla del aeropuerto La Guardia este viernes, en Nueva York (EE.UU.). Debido a la escasez de controladores agudizada por el cierre del Gobierno Federal, EE.UU. recorta a partir del viernes en un 10 % la oferta de vuelos en 40 grandes aeropuertos, medida que puede eliminar hasta 4.000 correspondencias diarias en el mayor mercado mundial de la aviación comercial. EFE/Ángel Colmenares

La industria turística de México vive una paradoja. Por un lado, celebra un hito sin precedentes: la llegada de viajeros internacionales alcanzó un nivel histórico en septiembre de 2025. Por el otro, enfrenta el desafío de que el gasto de cada uno de estos visitantes es significativamente menor. Según la Encuesta de Viajeros Internacionales (EVI), el mes pasado ingresaron al país 7.28 millones de visitantes, la cifra más alta para un mes específico desde que se tiene registro, lo que representa un vigoroso incremento anual del 15.99%. Este impulso ha permitido que, en el acumulado de los primeros nueve meses del año, el total de visitantes ascienda a 70.98 millones, con un crecimiento del 13.92% frente al mismo periodo de 2024. No obstante, este panorama alentador en cuanto a volumen aún no se traduce en una recuperación plena si se compara con la era pre-pandemia, ya que las cifras muestran un rezago del 0.58% respecto a los primeros tres trimestres de 2019.

Detrás de estas cifras récord se esconde una realidad económica más compleja. El gasto total de los visitantes que llegaron en septiembre fue de 1,840 millones de dólares, lo que significa un aumento modesto del 3.11% interanual. El dato revelador, sin embargo, es el gasto promedio por persona, el cual se situó en 253.36 dólares, registrando una pronunciada caída nominal del 11.10% comparedo con septiembre del año pasado. Esta divergencia entre el crecimiento explosivo en el número de turistas y el crecimiento mucho más lento del gasto total indica que, en promedio, cada visitante nuevo que llega al país gasta menos que los que lo visitaban antes. La situación es aún más crítica al ajustar las cifras por inflación y tipo de cambio. De acuerdo con el análisis de Banco Base, en términos reales el gasto total no solo no creció, sino que presentó una contracción anual del 6.36%, marcando dos meses consecutivos de caídas. Peor fue el desempeño del gasto medio real, el cual se desplomó un 19.27% anual, acumulando tres meses a la baja. Esto significa que el poder adquisitivo del gasto turístico se ha erosionado considerablemente, planteando un reto crucial para la rentabilidad del sector.

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