En San Luis Potosí, un proyecto pionero acaba de cambiar el panorama del bienestar animal en México. “Huellitas”, inaugurado en agosto por el gobierno estatal, es el primer santuario canino y gatuno público y gratuito del país. Más que un refugio, funciona como hospital, hogar y espacio de concientización para enfrentar el abandono y el maltrato de perros y gatos.
Con capacidad para albergar a más de 600 animales, el centro cuenta con áreas verdes, zonas de juegos, maternidad y espacios para la adopción. También ofrece servicios veterinarios gratuitos —consultas, esterilización, vacunación, cirugías, rayos X y hospedaje temporal— abiertos a toda la comunidad, buscando atacar de raíz problemas como la sobrepoblación y la falta de atención médica.
El santuario, que trabaja de la mano de veterinarios, rescatistas y voluntarios, marca un hito en un país donde, según cifras del INEGI, más de 23 millones de perros viven en situación de calle. Cada animal que llega a sus instalaciones recibe no solo tratamiento físico, sino también rehabilitación emocional, desde perros atropellados que recuperan movilidad hasta otros que aprenden a confiar nuevamente después de haber sido maltratados.
“Huellitas” también quiere sembrar cultura de respeto y tenencia responsable. Sus impulsores planean replicar el modelo en otros estados e impulsar políticas públicas que refuercen la legislación contra el abandono y el maltrato. El objetivo es que, algún día, ningún perro o gato necesite ser rescatado porque la prevención haya ganado terreno.
El santuario es alivio y esperanza para miles de animales, pero también un recordatorio: la verdadera solución está en educar, esterilizar y sancionar el maltrato. Porque la amistad que los perros y gatos nos ofrecen merece siempre una respuesta responsable.